En esta primera entrega, además de introducir a dos de las entrevistadas que protagonizarán esta caminata sonora de 30 episodios, charlaremos sobre el marco histórico de la Ley Nº 25871, más conocida como Ley de Migraciones, que fuera sancionada el 17 de diciembre de 2003 y puesta en marcha un mes después, en enero de 2004.
Gabriela Liguori es trabajadora social, especialista en temas de migraciones y asilo, y actualmente es la directora de CAREF, la Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes. Natalia Debandi, en tanto, está doctorada en Ciencias Sociales y ha tomado, como objeto de estudio, el fenómeno migratorio y su impacto en las niñeces. De la mano de ellas dos, comenzaremos a desandar un ciclo que está orientado a la problemática de las niñeces y adolescencias migrantes de nuestro país, sobre todo las que habitan el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Este trabajo no se detendrá en cuestiones meramente académicas o institucionales, sino que, con el correr de los episodios, avanzará sobre la experiencia cotidiana y más carnal de las familias migrantes pobres del territorio porteño y bonaerense. Porque, como ya se encargarán de aclarar los y las protagonistas, no se trata solo de una “cuestión migratoria”, porque también es una cuestión política, una cuestión cultural, clasista, sexista, narrativa, educacional, y podríamos seguir encontrándole aristas. La sociedad receptora no ve con los mismos ojos a todas las personas que provienen desde el exterior: hay migrantes de primera y de segunda, del mismo modo que hay familias argentinas de primera y de segunda, en relación a la facilidad o la dificultad de acceder a los derechos más básicos, y en virtud de los obstáculos que encuentran -o no- durante sus trayectos humanos.
Este trabajo abordará el andar de las familias migrantes pobres, haciendo hincapié en la caminata de sus niñeces y adolescencias, en sus intentos de tener una vida “común” en los nuevos territorios que han venido a habitar.
Y no podíamos empezar de otra forma que no fuera poniendo de relieve el hecho de tener una Ley Migratoria como la nuestra, que vino a romper un paradigma obsoleto, que ponía la lupa sobre las personas extranjeras, adjudicándoles un carácter de sospecha sin siquiera conocerlas. Desde el año 2004, otra sería la historia: con la ley actual, la sociedad argentina le da la bienvenida a todas las familias que vengan a asentarse en nuestro país, no interesa si es por deseo o necesidad. Son sujetos de derecho, tanto como cualquiera que haya nacido aquí.
Claro, eso dice la norma. Luego, en el vaivén de todos los días, la cosa inevitablemente se pone más compleja, y más ardua también.
Les damos la bienvenida a este viaje que haremos juntos, sin irnos a ningún lado, quedándonos aquí, con los pies en la tierra, tratando de comprender con amor y compañerismo el viaje de los otros y sus peleas cotidianas por sentirse parte de un lugar.
