“Los que decidimos, cuando empezamos con esto,
que no íbamos a correr detrás de las noticias. Nos hubiésemos
cansado muy rápido, y no nos queremos cansar de hacer
lo que hacemos. La realidad nos desborda por todos lados.
Sería inútil pretender atarla a un poste. Elegimos las piezas
de nuestro rompecabezas, las que más nos convocan,
las que por algún motivo nos conmueven. Y ahí vamos con ellas, armando nuestro pequeño mundo.

Intentamos ser fieles a nosotros mismos, porque pensamos
que esa es la manera más efectiva de hacer un buen trabajo. Implica hacer un periodismo que nos guste, escribir con nuestra receta
y con las cosas que tenemos a mano en la cocina, a veces crudo,
a veces más cocido. No nos queremos cansar de hacer
lo que hacemos, decíamos recién. Van a tener que aguantarnos, porque esperamos mantener el bote a flote durante varios mares. Tenemos en mente un rompecabezas, y cada día estamos tratando de encastrar una pieza nueva. Puede que cuando lo completemos no nos quede la imagen que nos estamos imaginando. Lo único
que sabemos es que hay que seguir buscándole la vuelta a la cosa:
que hay que pensar, que hay que probar, con confianza, con audacia y con la brújula puesta en ese dibujo final”.