Nuestra fragilidad

Nuestra fragilidad

El silencio, entonces, es muchas veces el único territorio que pueden habitar. Y eso debe respetarse.

Buenas palabras, malas palabras

Buenas palabras, malas palabras

Más de una vez le pasó que algule dijera “no te entiendo”, a pesar de que ella habla la misma lengua que hablamos todos los demás aquí.

“Es un chiste”

“Es un chiste”

¿Cómo se alumbra la ignorancia? Con información, con tolerancia, con palabras amorosas.