Nuestra fragilidad

El silencio, entonces, es muchas veces el único territorio que pueden habitar. Y eso debe respetarse.
Buenas palabras, malas palabras

Más de una vez le pasó que algule dijera “no te entiendo”, a pesar de que ella habla la misma lengua que hablamos todos los demás aquí.
La pisada del animal

Si el sentido común acredita que una persona sea insultada por el solo hecho de ser migrante, existe un nombre para eso: se llama “racismo”.
No había vez que no le lloviera

“Estar en casa”, para las familias migrantes, debe ser una salvación más que una comodidad.
Es mucho trabajo

¿Cómo no se les va a alojar un sentimiento de culpa en el cuerpo, entre tanta hostilidad?