Dios no para
El Covid-19 ha alterado la vida espiritual de nuestro pueblo, porque la presencialidad, el estar con el cuerpo, es vital para el entusiasmo colectivo.
De panales y hormigueros
Si las abejas desaparecieran de la faz de la Tierra, misma suerte correría la humanidad, apenas cuatro años después.
Eran otras épocas
En estas épocas, las escuelas veían en sus estudiantes a seres desprovistos de luz, que de algún modo había que alumbrar.