La Cooperativa Nadia Echazú es la primera Escuela Textil de Travestis y Transexuales del país, de Latinoamérica y del mundo, conducida y administrada por travestis y transexuales.  Su sede principal se encuentra en Avellaneda y actualmente son 25 socias activas.

“¿Por qué una cooperativa? justamente eso mismo le pregunté a Lohana (Berkins). ¿Por qué eligió una cooperativa y no un movimiento, ni una fundación? y sus palabras textuales fueron: Mirá mariquita -porque nosotras nos hablábamos así que somos del gremio y teníamos mucha confianza- si yo abro una fundación vos no vas a tener un sueldo, no vas a aprender lo que es una profesión y yo lo que quiero es que vos tengas una profesión y un sueldo digno para que puedas salir de la calle”, nos cuenta Brisa Escobar, socia fundadora y actual presidenta. 

Brisa recuerda que la cooperativa nació entre comidas y charlas con amigas, “nosotras éramos chicas de la calle en esa época y hacíamos empanadas y locro y nos juntábamos para comer (…) Lohana ya tenía en su mente abrir la cooperativa y nos presenta un proyecto. Desde el primer momento que nos presentó el documento dijimos que sí. Yo soy una de las socias fundadoras, en total éramos 22 chicas”. 

Lohana Berkins, activista travesti trans y pionera en la lucha por la identidad de género en Argentina fue quién impulsó el nacimiento de esta empresa con el objetivo apoyar, formar y ofrecer empleo justo a un grupo marginado por la sociedad, “ella fue la mente maestra para abrir esa cooperativa que nació en 2007 y lleva el nombre en honor a una compañera militante salteña. Una gran militante, una de las primeras abanderadas de la comunidad travesti trans”.

En el Día Internacional de las Cooperativas le pedimos a Brisa que nos cuente por qué elige el cooperativismo: “Gracias a la cooperativa pude cambiar mi vida, hice un giro que fue duro al principio, obviamente, porque estábamos acostumbradas a la plata fácil y así la plata fácil también se va (…) me llevó mucho aprendizaje y una satisfacción de tener un sueldo digno y poder salir de la calle, porque yo antes tenía una vida de murciélago, vivía de noche y dormía de día”. 

UNA PROFESIÓN Y UN SUELDO DIGNO

La actual presidenta, quien lleva adelante su rol desde hace dos mandatos, se desempeñó primero como tesorera, “me estuve preparando muchos años para poder llegar a un cargo administrativo (…) en todos los años que llevo como presidenta me pasaron muchas cosas, aprendí a los golpes y porrazos a armar un proyecto, cómo entrar a licitación pero es lo que me gusta, milito muchísimo por las compañeras”.  

Actualmente son 25 socias activas quienes sostienen la Escuela Taller incluso ante la falta de apoyo gubernamental y la competencia desigual con las grandes empresas, “estamos dando un retroceso de 40 años atrás por el hecho de que no tenemos quién nos defienda, hoy por hoy no tenemos el Ministerio de Género, Mujeres y Diversidad estamos siendo muy maltratadas por las redes sociales y en este gobierno- y nos pasó lo mismo en el de Macri-, nosotras no podemos licitar con el Estado, porque ellos van a las grandes empresas multinacionales y una cooperativa no puede competir con una multinacional ni una gran corporación, porque las cooperativas no cuentan con un ingreso millonario para poder licitar”. 

Durante estos años la cooperativa, que tiene su sede central en Avellaneda, renovó las maquinarias e hizo un salón de informática. También abrieron una sede en la Villa 31 y aproximadamente hace 2 años una más en Campo Quijano Salta, la provincia que vio nacer a Brisa, a Lohana y a Nadia, “yo soy salteña y las compañeras de allá tienen muchas necesidades por eso me fui para abrir una sede”, nos relata.   

Con la lucha de Lohana como estandarte, la cooperativa ha sido reconocida a nivel nacional e internacional por ser la primera Escuela Textil de Travestis y Transexuales del país, de latinoamérica y del mundo, “nuestro grupo trata de llevar la cooperativa hacia donde la llevó Lohana, que era hacía la cima”.