Además, junto a otras compañeras de diferentes espacios autogestivos forma parte del Encuentro de Mujeres Autogestionadas -EMA-.
Hablamos con ella sobre su experiencia en el mundo de la autogestión y cómo el movimiento feminista ha atravesado su historia y la de sus compañeras marcando un antes y un después en sus prácticas diarias dentro de sus espacios de trabajo.
¿Cómo vinculas el feminismo y la autogestión?
Nuestras experiencias autogestionadas y cooperativas vienen a hacerle frente a las prácticas económicas capitalistas tradicionales (…), desde la economía social y solidaria venimos a decir que por encima de la propiedad privada está el derecho al trabajo, no perseguimos nuestro propio bien sino bienes comunes y solidarios. Aún así priman lógicas que tienen que ver con roles estereotipados, prácticas patriarcales entonces lo que vienen a plantearnos los feminismos es un enriquesimiento a nuestras prácticas autogestionadas que son transformadoras. Poder tener un espacio autogestionado con perspectiva de género es imprescindible, porque lo que vienen a plantear los feminismos, sobre todo la economía feminista, es visibilizar las desigualdades. Cómo el sistema económico se sostiene gracias a la explotación del trabajo doméstico, o los trabajos de cuidado.
¿Qué importancia tiene para vos un espacio como el Encuentro de Mujeres Autogestionadas?
Es un espacio súper necesario porque la salida es organizándonos, discutiendo políticas. No es casualidad que EMA nace un 8M, para visibilizar un paro donde muchas trabajadoras de distintas cooperativas y organizaciones de la economía social y solidaria estábamos tratando de visibilizar nuestra situación dentro de nuestras propias organizaciones.
A futuro ¿Cómo crees que este tipo de espacios pueden mejorar la experiencia de la autogestión y fortalecer al movimiento feminista y sus reclamos?
Desde que conformamos EMA hubo un antes y un después porque pudimos visibilizar al interior de nuestros espacios y con nuestros compañeros distintas situaciones y la importancia de que nosotras estemos organizadas. Nos permiten poner nuestros propios límites y mostrarles a los compañeros y que puedan hacer carne la importancia que tienen nuestros trabajos dentro de las organizaciones, la importancia de que en los espacios de toma de decisiones haya mujeres, y políticas de género en el debate y es algo que pudimos empezar a transitar gracias a EMA.
A futuro estos colectivos tienen que proliferar, tienen que reproducirse, llegar a más sectores, a más lugares. Es una de las grandes luchas que me parece que nos tenemos que dar como colectivo y estar unidas, organizadas y en la calle reclamando por los derechos que pretendan ser vulnerados.