Milei domina la agenda a piacere tras su triunfo en las PASO y el favorable posicionamiento político de cara a las generales de octubre. Ya llevaba un buen tiempo acaparando sobremesas y charlas de amigos, pero ahora es trending topic. Lo que cambió, aparte de la cuestión cuantitativa, es el tono de esas conversaciones.
Ya sabemos que la memería es tremendamente ágil y eficaz, en esto de captar y proliferar el sentir popular. Y el Peluca, por supuesto, empezó a circular vía meme a la velocidad de la luz, como dos pibitos que aprovechan los últimos instantes del recreo para intercambiarse figuritas: late, late, late, late, late, ¡nola! Las primeras transacciones comerciales de nuestras vidas, quizás.
Se viralizó mucho una de sus tantísimas intervenciones televisivas, cuando le plantaron un pizarrón en la jeta y le propusieron una pegatina de ministerios, a ver qué hacía con eso el candidato presidencial. Y entonces asistimos a la clase magistral del Maestro Peluca: “¡Fueraaaaa!”, gritaba enardecido y arrancaba el papelito, cuando se enfrentaba con el nombre de un ministerio que no era de su agrado. Salvando las distancias, un acting similar al que nos ofreciera allá lejos y hace tiempo el Comandante Hugo Chávez, cuando consultaba al tuntún por edificios caraqueños y luego emitía la orden que su autoridad le confería: “Exprópiese”. Más acá en el tiempo, me recuerda al Tano Pasman cuando, frente al inminente descenso riverplatense, lanzaba su risueña pregunta: “¿Esto qué es? ¿Se puede romper?”. “Proceda”, bien pudo haberle respondido el simpático libertario Maslatón.
Que nadie se ofenda por haber mezclado a Milei y al Comandante Chávez en una misma oración. Téngase presente que esta no es una columna política. No sabemos bien qué es, pero eso seguro que no. ¿En qué estábamos? Ah, sí, en la volada de ministerios. Cuestión que los memes no tardaron en llegar y así fue como nos encontramos con tandas de lo más variopintas sobre personas y situaciones que desecharíamos con la misma facilidad que Milei desarma la estructura estatal.
Tiene bendis de diferentes padres: “¡Fueraaaaa!”. No le gustan los michis: “¡Fueraaaaa!”. Pagá vos, después te devuelvo: “¡Fueraaaaa!”. Le pone gaseosa a la cerveza: “¡Fueraaaaa!”.
¿¡Quién le pone gaseosa a la cerveza!? Este cronista en su vida vio semejante atrocidad, pero, bueno, si está en los memes, habrá gente que lo hizo.
Si tuviéramos que tomarnos un cachín en serio, el mensaje que circula en estos memes, entonces me preguntaría: ¿No estamos un poco fifís, a la hora de conocer a alguien? ¿De dónde habrá salido esta intolerancia al otro que venimos experimentando? Una mina que fue mamá con dos varones distintos y que está soltera nuevamente, ¿está condenada al ostracismo? ¿Acaso cometió un delito?
Pero bueno, no me voy a hacer ninguna de estas preguntas, porque la única finalidad de los memes es que nos riamos, ¡jajaja!, que nos riamos un montón, no importa a costa de quiénes ni en qué lugar vayamos a quedar colocados nosotros mismos, reidores anónimos con el alma cabizbaja.