Jueves lluvia. Todo el día. Ya lo sabíamos desde el lunes. El Servicio Metereológico Nacional tiró a la cancha su abanico de emojis lluviosos: nube sola, nube con rayos, nube con un solcito tímido detrás. Que nos íbamos a mojar, nos íbamos a mojar. Que iba a haber muchachos en cada esquina vendiendo paraguas y pilotines, iba a haber.
Por suerte, no tenemos que cronicar que si el día hubiese estado más lindo, habría venido más gente, como alguna vez le oímos decir a un ex presidente. Bueno, por suerte no: por la imperiosa necesidad que tenía el pueblo peronista de volver a expresarse en las calles, multitudinariamente, para protagonizar este breve tiempo que comienza en vistas a las próximas elecciones; por la gran expectativa que se había generado entre los distintos sectores militantes, y también entre la gente de a pie, en relación a la palabra de Cristina, la única oradora que tendría este acto político y este festejo popular.
Desde la mañana, ya se apiñaban de gente los ramales del subte que se van a desembocar a la Plaza de Mayo. Desde temprano, también, fueron llegando en micro los compañeros de los distintos rincones del conurbano y provenientes de otras provincias. La geografía típica de las históricas manifestaciones del campo nacional y popular, con el agregado de la épica que otorga una jornada lluviosa como la de este jueves 25 de Mayo.
María Reigada, senadora provincial del Frente de Todos por la 3ra Sección Electoral, expresó que este acto significó volver a ver al pueblo presente, queriendo dar la pelea: “Bancarse la lluvia, bancarse muchas horas de viaje, otras tantas de estar parados, de estar expectantes para escuchar las palabras de Cristina, se tiene que valorar. Una sola persona, Cristina, que es ni más ni menos que nuestra líder política, en esta Plaza que sabe ser el espacio de diálogo entre el pueblo y sus líderes”.
El mito popular consiente que el 25 de Mayo de 1810 fue la culminación de una semana igualmente anubarrada. Dejando de lado la ¿polémica? sobre si hubo o no hubo paraguas, tal como nos hizo creer la revista Billiken durante nuestra infancia escolar, lo cierto es que los acontecimientos políticos que se precipitaron acabarían con la instauración del primer gobierno argentino, librando a su pueblo de la dependencia que hasta ese día lo ataba a España.
¿Cómo impacta hoy, en nuestra vida política, la celebración de otro 25 de Mayo? ¿Cómo rendir homenaje al espíritu soberano desatado más de dos siglos atrás? La recuperación del espacio público era, sin dudas, uno de los propósitos del vasto campo de la militancia. La reivindicación del peronismo como la única fuerza política del país que es capaz de construir desde el amor y el trabajo. La necesidad de dar vuelta la página, y superar el deterioro que se produjo con el correr de la gestión albertista. En definitiva, lo que el pueblo necesitaba hoy era volver a construir una confianza colectiva, con la mística de siempre y con ideas renovadas. En ese sentido, el de la búsqueda de ideas poderosas que funcionen en este presente duro, seguíamos confiando en la visión y el liderazgo de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
También se conmemoró, en este día, el aniversario número 20 de la asunción de Néstor Kirchner como presidente de todos los argentinos. Otro motivo para pensar cómo debemos posicionarnos hoy frente a la historia, tanto el pueblo debajo como sus dirigentes al frente. “Imitemos el ejemplo”, decía el flyer que circuló en los días previos vía WhatsApp y redes sociales, y que lo mostraba como si estuviera asomándose a un nuevo tiempo. Cristina recordó durante su oratoria que Néstor había asumido la presidencia con un Estado “así de chiquitito”, producto de la ola de privatizaciones que se desató durante los noventa y cuyos resultados se verían incluso en la orilla de los dos mil. “Un Estado así de chiquitito, pero una deuda externa así de grande”, gestualizaba la vicepresidenta desde su atril.
Con esas palabras, Cristina le presentó batalla a una idea que siempre se está intentando plantar, apalancada por diversos sectores del poder que buscan presentar al Estado como un estorbo frente a la realización de las personas. María Reigada, la referente del Movimiento Mayo, confía en que ella sabrá reconstruir la fuerza necesaria para poder ganar las elecciones de este año, igual que se hizo en 2019. “En reiteradas oportunidades, Cristina nos ha venido marcando lo que significa esta deuda externa absolutamente irrisoria y defraudatoria que el FMI habilitó a Mauricio Macri, y la necesidad de volver a liberarnos para poder pensar, otra vez, en un proyecto de gobierno real, industrializante, que nos permita repartir la riqueza para que la gente pueda vivir mejor”.
La Plaza, en tanto, siguió apostando sus fichas para que sea ella la candidata del peronismo: “Cristina Presidenta”, “una más y no jodemos más”, tronó el clamor del pueblo, bajo una lluvia copiosa que no se retiró hasta entrada la noche. Más allá de las decisiones que se tomen, para apostar a vencer en la próxima contienda electoral, lo importante es que el peronismo recupere su potencia narrativa, política, cultural, social, callejera. Con todos adentro, como marca la historia. Hoy dimos el primer paso: hacía falta volvernos a encontrar.