Delirio Santo

Delirio Santo

Para compadecer primero hay que comprender, y entonces podremos ser útiles en la medida de nuestras posibilidades.

El perro y el sillón

El perro y el sillón

No sé cómo habrá sido que pasó. Ponele que alguna vez lo dejé que se me suba a upa, pero sin tocar la pana celeste.